lunes, 31 de agosto de 2009

UN MAÑANA INCIERTO, CERCANO

Futuro. Incógnitas.
Necesitados de saber qué habrá más allá.
Preocupados por lo que dirá el mañana.

Temerosos de Dios,
temerosos del mundo que está por venir.
Solos ante todo.
Fuertes, valerosos, temblorosos.

Incertidumbre de un destino,
inseguridad sobre el pasado.
Intimidados por no saber.
Insensibles por inercia,
después de tantos dolores.

Amargura en la entrañas,
de un mundo sin compasión.
Miedo por represalias,
por recibir cierta justicia.

Unidos sin intención,
instinto de supervivencia lo llaman.
Separados por propia voluntad,
algo propio de la humanidad.

Una vida llena de huecos,
puntos oscuros, sin reflejos.

Fácil es desistir,
valiente resistir.

Somos débiles por naturaleza.
Somos simples entre la complejidad.

La dificultad en la gran prueba.

Las grandes preguntas de la vida,
las que no se pueden responder hasta después de la misma.

Cuando el final de algo se aproxima,
cuando algo acecha,
cuando el mundo se desbarata,
es cuando todo parece empezar a cobrar sentido.

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