Un gran sentimiento de preocupación, miedo y tristeza le abordaba.
Se estaba dando cuenta de que todas las señales apuntaban a que el destino iba en su contra.
No, no acababa de averiguarlo, esas sensaciones las tenía desde hacía mucho tiempo,
pero era más sencillo no pensarlo,
más fácil seguir tirando,
dejando a un lado las inquietudes que,
aunque todos creían que ya las expresaba,
no tenían idea de lo equivocados que estaban.
Tenía que ser fuerte,
no dejar que el pánico la dominara,
que el temor de perder lo que más quería en esta vida,
la sobrepasara.
Y si lo hacía,
siempre en la intimidad,
nunca de cara a la galería.
Una mezcla de frustación,
rabia y desesperación
la embargaba cada día.
Necesitaba una señal de que saldrían
de aquel pozo algún día.
Y aunque sabía que nunca, del todo, se curaría,
siempre rezaba porque quien quería, tuviera una mejor vida.
Pero parecía que esa ayuda jamás llegaba,
y se le estaban agotando las esperanzas.
En su hogar,
el único sitio en el que,
irónicamente,
se sentían seguras de verdad,
como todo bicho viviente,
se acumulaban los problemas a raudales,
con una mezcla de agotamiento y momentos felices o, al menos,
lo que ellas consideraban "felices" en aquellos momentos.
Y así se resignó,
a estar condenada a vivir en la inquietud y el miedo de una vida,
de la que no se podía quejar,
pues tenía mucha suerte de tener lo que muchos deseaban:
el amor incondicional de la persona por la que vivía y luchaba.
NO SOLO TIENES ESE AMOR, HAY MUCHA GENTE QUE TE QUIERE MUCHO MAS DE LO QUE PUEDAS IMAGINAR, YO LA PRIMERA, SIENTO NO PODER AYUDAROS MAS, TE QUIERO MUCHO, MUCHISIMO......
ResponderEliminarGracias Tía. Sé q siempre podemos contar contigo, y q nos quieres de verdad, al igual q nosotras a tí, con todo el alma. Gracias, en serio.
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