viernes, 21 de agosto de 2009

VERANO

Un calor abrasador,
que quema piel y cara.
Un bochorno aterrador,
que amenaza noche y día.

Un calor muy intenso,
desgastado en un solo momento.
Un ardor que te atrapa,
que te ata y después remata.

Un ardor, noche y día,
algo por lo que nadie pagaría.
Un sudor, en la frente,
y en cualquier sitio en que no haya corriente.

Ni en la noche se descansa,
alguno hasta los pelos se arranca.
Las vacaciones están geniales,
pero la asfixia no entra en mis planes.

Muchos aman el calor;
otros, los que sufren, no.
Ancianos, niños y enfermos son los más afectados,
pero mientras los demás están tan felices
ellos quedan a un lado.

Oh, el verano,
tan capullo como un grano.
Y de sobrellevarlo es cuan más complicado
si no tienes aire acondicionado.

Y menos mal que no llueve
porque cuando para, uno se cuece.
Deseando que el fresco llegue,
los que por la noche por el calor casi se mueren.

No exagero al decir, que el calor no es ningún juego,
y si no que contesten los que más sufren si es o no bueno.

Nadie entiende la desesperación que produce,
que a todos afecta pero no de bruces.
El agotamiento en todos es muy pesado,
pero en los más débiles es algo desbordado.

Y mientras tanto,
en la otra punta del mundo, todo lo contrario.

Unos tanto y otros tan poco.
Este mundo está loco.

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