jueves, 11 de junio de 2009

SUEÑOS


Estoy a punto de meterme en la cama.
De arroparme y mullir mi almohada.
De cerrar los ojos, relajar mi cuerpo.
Y adentrarme lentamente en mis sueños.
Poder vivir miles de experiencias,
estando dormida, sin manejar las riendas.
Pesadillas vívidas aunque incomprensibles.
Sueños abstractos e imposibles.
Algunos que ni recuerdas, pero que te gustaría hacerlo.
Y otros preciosos que ojalá jamás terminaran.
No como aquellos tan temidos que, aunque quieres nunca acaban.
Aquellos traicioneros, que parecen comienzan bien,
pero al poco empiezan a enrarecer.
Y acaban siendo una auténtica tortura,
y solo traen dolor y amargura.
Ojalá se pudiera elegir con qué soñar,
para al dispersarte del mundo feliz poder estar.
Sería maravilloso soñar con lo que más deseas,
y tener el gusto de que, por un momento, se cumpliera.
Dicen que lo que soñamos son cosas que hay en nuestro subconsciente,
mensajes que nuestro ser no puede recibir directamente.
Yo no sé si será cierto o no, tal vez,
pero lo que tengo claro es que los sueños, sueños son.
Y si soñar con una cosa u otra es temer o querer algo,
que nadie crea que me lo voy a tomar al pie del dato.
Mi vida real se compone de un montón de melodías distintas,
mis sueños y fantasías son estupendos y variopintas.
Y si esos dos mundos se comunican de forma inconsciente,
¿ Cual es el mensaje que hay que sacar de cada mente?
Sólo sé que lo mejor es sentir y no pensar, vivir y no parar.
Y cuando llegue ese justo momento en que no sepa si estoy o no durmiendo.
Por fin lo habré descubierto,
que la vida es puro sueño.

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