No me preguntes qué me has hecho para merecer esto.
No te creas inocente de tus propios pecados.
Con tenerse pena a uno mismo no se consigue nada.
¿ Quieres dar lástima?
Pues conmigo ni lo intentes.
Ya no me importan tus dolencias,
tus problemas o carencias.
No creas saber lo que siento,
ni tienes idea de que es lo que pienso.
Mi corazón ya no sufre,
en mi garganta ya no hay nudos,
mis ojos no lloran ácido,
y ni estómago no está agujereado.
Ya no sueño con el daño que hiciste,
no me pregunto cómo pudiste.
Lo que hagas no me sorprende.
No es que te haya dejado por imposible,
es que ya no me importa lo que hagas,
eres demasiado predecible.
¿ Sabes lo que creo?
Que me tienes miedo.
Te crees superior,
pero en el fondo sabes que yo soy mejor.
Sé feliz con tus mentiras y tus falsas voluntades.
Miéntete si lo deseas,
aquí tus trolas ya no cuelan.
Sé feliz con tu vida,
sea cual sea,
y déjame vivir la mía,
sin tu carga cruel y fea.
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