martes, 22 de diciembre de 2009

DÍA DE NIEVE

Un copo. Dos.
Muchos copos. Y más.
Más.
Silencio. Nieve.
Pequeños cristalitos que cuajan, se amontonan, en las calles, como un manto, para los coches, con espanto.
¡Qué lindo! Para algunos.
¡Qué fastidio! Para otros.
Una estampa, una postal.
Niños saltan, gritan, ríen; felices.
Personas, caminan, lenta o rápidamente; con dificultad, pisan aceras, los autos ruedan; resbalones, caídas, lluvia.
El algodón de hielo se derrite, en las carreteras se mezcla, se hace barro, y resbala, y se marcha, cambia.
El tiempo transcurre normalmente, todo sigue, no se detiene.
Y así, la nieve, nace y muere rápidamente, dejando paso a un nuevo día. Despidiendo ese momento en el que, parecía, todo había quedado inmóvil, se había parado, simplemente para dejar al mundo contemplar, añorar, recordar o, tal vez, reinventar.
Un breve instante que termina, que se marcha, y se olvida.

2 comentarios:

  1. Precioso :)

    Te voy a contar un secreto, yo todavía no conozco la nieve, así como escuchas..., cosas de la vida, no me pregunte porque, ni yo misma lo sé, pero siempre me la he imaginado como estar entre nubes, tampoco he estado entre nubes..., pero es lo que tiene mi imaginación que a veces imagina cosas raras :P

    Besos

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  2. Ja. Yo la he visto pocas veces, pero sí entiendo que dé esa sensación. Lo mejor de todo, es que al principio parece que no moja, pero luego te das cuenta de que estás empapada!jaja. Besos!

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