SE TE VE EL PLUMERO

Sí, a ti, que vas por la espalda.
Sí, sí, a ti, que intercambias caras.
Que das sonrisa de frente, y cuchillada por la esplada.
Que con tu lengua viperina haces maravillas.
Que no das hostias en cara, tú matas en voz baja.
Te criaste en las calles del dinero, de la juerga, del veneno.
Aprendiste artes modernas, sin derecho ni a tenerlas.
Y hoy sonries cono siempre, escupiendo entre tus dientes.
Y hoy no engañas ya tú a nadie, estás calada hasta en el aire.
No te escondas, no huyas, cobarde, no saques pecho cuando todo se va al garate.
¿Sabes qué?
Todo el mundo te conoce, todos saben quién eres.
Aunque a veces cuanto más roce, menos tus golpes preveen.
Sé feliz con tus mentiras, y tu falsa indentidad.
Siéntete con suerte en vida, siempre arrancando la dignidad.